{VÍDEO SOBRE EL COMPORTAMIENTO DE PADRES Y MADRES EN EL DEPORTE.}
{ARTÍCULO SACADO DE UNA PÁGINA WEB SOBRE LA EDUCACIÓN DE LOS MENORES EN EL DEPORTE DEDICADO A PADRES/MADRES}
{Efectos negativos de los padres que fuerzan a sus hijos a hacer deportes}
Problemas de autoestima
Los padres son generalmente los peores jueces para determinar las habilidades de su hijo. El apego emocional nubla la mente y no deja que vean que su hijo tal vez no tenga talento para los deportes. Contrariamente a identificar esta falta de habilidad, algunos padres fuerzan aún más a sus hijos, hasta que termina siendo demasiado para ellos. Cuando los niños que no tienen habilidad son forzados a competir, son puestos en situaciones humillantes donde fallan continuamente. En vez de ganar un autoestima sano al participar en deportes, esta humillación reiterada puede causar que el niño se estrese, tenga problemas de ansiedad, se retraiga y deprima. También puede causar que desarrolle un sentido de si mismo negativo debido a su pobre desempeño, en vez de buscar rasgos de carácter, acciones y de otras habilidades para formar un autoestima sana.
Agotamiento y el desarrollo de intereses
Forzar a un niño a participar en un deporte aumenta las probabilidades de que desarrolle un agotamiento deportivo. Contrariamente a avanzar en su desarrollo general, la participación forzada puede impedir que el joven disfrute la actividad, reduciendo el deseo de triunfar y aumentando el riesgo de lesiones. El niño puede comenzar a ver los deportes de manera negativa y perder completamente el interés en competir. Las connotaciones negativas pueden causar que se pierda de las muchas cualidades positivas asociadas con la participación saludable en los deportes. Ser forzado a participar también puede prevenir que el niño aprenda a controlar su propia vida y no desarrolle naturalmente sus intereses. Estos factores pueden dañar su bienestar y productividad general así como retrasar el desarrollo de la creatividad.
Resentimiento
Nada es más importante que la felicidad de tu hijo, y si lo fuerzas a hacer deportes, puede terminar resintiéndote. En vez de disfrutar de los viajes hacia las prácticas y jugar o entrenar contigo en el jardín, el niño puede evitarte a ti y a los deportes. El resentimiento puede crear tensión en el vínculo padre-hijo, causando que te deje de confiar sus necesidades. Como padre, las lineas de comunicación deben mantenerse siempre abiertas para asegurar que sus necesidades sean cumplidas. Si tu hijo no puede hablar abiertamente contigo, puede que reprima sus sentimientos o se vuelva emocionalmente dependiente de sus pares, quienes no se preocupan lo suficiente por su bienestar.
Prevención
Asegúrate de que participar en un deporte es el sueño de tu hijo, así evitas forzarlo en una forma negativa. Si realiza un deporte, se flexible con él o déjalo abandonar si ya no se divierte más haciendo la actividad. No lo fuerces a hacer nada. Dale consejos y apoyo escuchando (y observando) sus necesidades, mientras que lo expones a una variedad de actividades. No trates de proyectar tus propias necesidades de grandeza en tu hijo. En vez de obsesionarte con su éxito en los deportes, puedes sentirte realizado con tu propia vida y dejarlo que encuentre naturalmente las cosas que le interesan.